martes, 21 de junio de 2022

EL JARDÍN DE LAS ROSAS ROSAS

 Avanzo más allá de la tierra de Venus Dies y encuentro un arco decorado con rosas rosas. Cruzo el umbral y una energía sutil me envuelve. Siento la Gracia derramarse en mí.  Las veo, diosas de todas las cosmogonías. Algunas me hacen sentido, otras son desconocidas. Me enfoco en María, la madre que más comprendo, siento su abrazo cálido, siempre amoroso. Reconozco esa mirada. “¿Fuiste tú quien me dio mis dones antes de descender por el túnel de luz que me llevó al vientre bendito de mi madre terrenal?” le preguntó. Ella asiente con una sonrisa gozosa. Me quedo sin palabras. Quisiera explicarme, lo difícil que ha sido. “La herida que escogí me dolió demasiado… extravié el camino varias veces, lo siento, en verdad lo siento”. Lágrimas ruedan por mi rostro. Ella las enjuga con sus manos. Su compasión me contiene. Me pide que la siga. Me lleva al jardín más hermoso, repleto de rosas rosas florecientes. Me pide inhale su aroma. Unta entre mis senos, un bálsamo. Bordea el triángulo que se forma en mi pubis. Me recuerda que mi útero es un cáliz sagrado, depositario de mi feminidad. Me inclino en señal de reverencia. A lo lejos se oye un canto armónico y angelical. Me entrega un nuevo don, el de la Sutileza. Comprendo su Intención…

 Cierro los ojos y me siento profundamente conectada a la Madre Tierra y a la Fuerza de la Vida.  Cuando abro los ojos ya no está. Veo en cambio una banca que me invita a descansar.

Deseo quedarme y florecer como ellas.

 

                                                Del oráculo de Rebecca Campbell

VERANO 2022


Durante mucho tiempo, las lluvias del verano me supieron a Nostalgia. Era extraño sentir el dolor de todo lo que no había florecido en mi vida. Un duelo inexplicable, pero cíclico. Volvían a mí, emociones envueltas en velos.  El año pasado me prometí que era el último verano con ese dejo de tristeza.

Hoy ya siento la nueva energía: Colores, telas, música, baile, cantos, aventura, flores y alas de libertad. Tardeadas con pizza y vino, buenas charlas, risas, complicidades. Danza de diosas. Noches de luna. Libros por leer. Gratos reencuentros. Una segunda oportunidad. Los arrepentimientos se vuelven abono para intentarlo de nuevo.

Historias por escribir, reinos mágicos que visitar, elixires que probar, fogatas que encender, hilos que entretejer, tierras que explorar, dones que entregar, espejos luminosos y un salto de Fe.