martes, 27 de septiembre de 2022

EL VERANO SE DESPIDE

 

Y llegó el verano con sus lluvias habituales, las cuales me habían traído por varios años, una nostalgia.  Curiosa quise descubrir si este año ya no sentiría ese extraño duelo de todo lo que no había florecido en mi vida.

Al pasar de los días, me sentí alegre con una nueva energía: colores, música, cantos, flores y alas de libertad. Caminatas por el bosque. Alegres reencuentros. Lecturas maravillosas. Escritura creativa. Me uní a tres diferentes grupos de escritores. En uno de ellos escribimos desde la “ucronía”. Es decir, desde lo que no fue. Recrear un mundo alterno donde mi padre fue cercano en mi infancia, fue sanador. 

Al parecer, lo había logrado hasta que una llamada llegó como un huracán emocional que me estrujó las entrañas. Me exprimió la rabia. Y en ese caos pude ver a la niña herida, peleando por algo que no necesita ser defendido. ¡Oh, qué imagen tan esclarecedora!  El trasfondo de mi actuar quedó revelado. Desnudo. Era ella queriendo cambiar las circunstancias para entender o acomodar su dolor. 

Enloquecimos un par de días hasta que aparecieron unas palabras mágicas: “Siento mucho que estés pasando por esto”. ¿De dónde venía esa dulce voz? Sin duda, era extraterrena. Era la misma que el año pasado me dijo: ¿podrías amarte con tus alas rotas? Esa voz fue  un bálsamo. Poco a poco recuperé mi centro. Decidí trazar una distancia sana que me apartara de los líos heredados. Nada merecía que mi paz fuera hecha trizas. Me apoyé en la energía masculina para poner orden. 

Sólo así pude regresar a mis mundos imaginarios donde me siento expandida. Ahí pude ver mi jardín interior. Las lluvias habían nutrido las semillas de Aceptación, Perdón y Gratitud. Arranqué de raíz, los hierbajos venenosos del Reclamo.

 Me senté bajo el cobijo de la sombra del granado y contemplé lo sucedido. Ya sin juicios ni conflicto. Pude sentir la calma después del huracán. Las lluvias también lavaron mi corazón y mis entrañas enlodadas de resentimiento.

 Ahora el verano se despide… Agradezco que haya sido un verano diferente. Ya puedo sentir la inminente llegado del otoño. ¡Mi estación favorita!  Curiosa me pregunto ¿cómo será mi cosecha?