martes, 26 de febrero de 2013

LO QUE EL DRAGÓN SIMBOLIZA

El dragón simboliza...
Mis batallas interiores,
todo aquello que no quiero recordar porque me lastima;
todo aquello que ya no me funciona pero que me niego a soltar;
todo aquello que no quiero ver porque si lo viera me daría cuenta
que he estado equivocado por años; toda mi terquedad, mi intolerancia;
mi frustración, esa maldita manía de querer que los demás sean
como yo quiero o como yo necesito;
todo aquello que quisiera decir pero que se me atora,
todos mis miedos, desde los infantiles hasta los imaginarios;
todos esos sentimientos que me he negado a sentir porque creo que
si los contactara me rebasarían;
todas mis lágrimas calcificadas, mis sentimientos enmohecidos,
mis figuras olvidadas.
El dragón simboliza algo de mí mismo. Los demás sólo son espejos,
las personas con las que convivo me muestran rostros de mí que no quiero ver.
Para vencer al dragón se necesita un héroe.
Un caballero valiente, honorable, arrojado y temeroso de Dios.
Un héroe se lanza a las batallas de la vida una y otra vez.
Utiliza su objetividad, su razón, su lógica, su pensamiento como herramientas.
Un héroe está dispuesto a morir en el campo de batalla, por la gloria de haberlo intentado.
Un héroe no se detiene frente a los desafíos de la vida.
Un héroe puede ser fuerte, decisivo, firme en sus luchas pero siempre vuelve a casa,
se quita la coraza y se cura a sí mismo en el cuerpo de su amada.
Un héroe herido se sana con el amor que una mujer le ofrece.
Todos tomamos decisiones, yo elijo cómo quiero vivir.
 
El dragón me recuerda mis pendientes.
El héroe me da la fuerza para resolverlos.
El dragón me muestra el lado oscuro.
El héroe me da el valor para entrar en esa oscuridad.
El dragón cuida de la cueva.
El héroe sabe que en lo más negro de la cueva puede encontrar un tesoro.
El dragón quiere ahuyentar al héroe.
El héroe sabe que si huye, pierde la batalla y el honor.
El héroe y el dragón viven dentro de mí,
yo decido quien es el vencido y quien el vencedor.
Cuando ya no esté en este mundo, se me recordará por mis acciones heroicas o
por mis miedos no enfrentados.
Antes de partir, quiero decirles a mis hijos cuánto los amo y que si algo les dejo es
el ejemplo del héroe, ese que luchaba ensangrentado pero también era capaz de mostrar
su dolor y así nos convertiremos en leyendas para las generaciones venideras,
por lo menos, sé que hice mi parte...convertí mi vida en una aventura y viví mi drama mítico.
 
 
 
Imagen de internet
 

jueves, 14 de febrero de 2013

HERIDA ANCESTRAL


 
 
Herida ancestral
colectiva y brutal
de fuego, tortura y hoguera
de cadenas y lamentos.
 
Todavía se escuchan los gritos
por eso los lobos aúllan
en las noches de luna llena.
 
Herida ancestral
tatuada en la piel
grabada en la memoria
heredada sin tregua
generación tras generación.
 
Herida ancestral
que nos hace esclavas
que nos mutila, nos violenta,
nos somete, nos tortura, nos quema por dentro.
 
Herida ancestral
que nos hizo olvidar quienes éramos.
Nos acorazamos
nos defendimos
nos hicimos rivales.
Juramos no volver a permitirlo.
Nos perdimos en el dolor profundo
de una locura sin sentido.
 
Tomamos la espada
y nos volvimos como lo que tanto juzgamos.
Hicimos armaduras
de desconfianza y recelo
de dureza y altivez
de lógica y razón
de independencia e igualdad
de lucha y género.
 
Pretendimos sanar
pero ahondamos la herida
ya no se trataba de ellos
sino de nosotras
repitiendo la locura.
 
Dejó de ser nuestro opresor
el Patriarcado.
Creamos el propio:
Lo femenino herido
seguimos encadenadas
oprimidas y sometidas
a una falsa liberación
a una feminidad mal entendida.
 
La fuerza de la herida
nos levantó
viene empujando
era necesaria
pero ya puede convertirse en plegaria.
 
¡La Tierra tiembla!
¿Escuchas su clamor?
 
Es tiempo ya de recordar
de sanar
de cantar
de bailar.
 
De hablar con la luna
de magia y alquimia
de dones y danzas.
De volver al Origen
a los brazos de la Diosa.
 
De decir
quiero ser mujer
sentirme viva
con la cadencia de mis caderas
con la redondez de mis senos
con la humedad de mi vagina
con mi mirada coqueta y
con mi sonrisa gozosa.
 
quiero ser mujer
y sangrar cada mes
o ser fecundada
y dar a luz
y amamantar
y abrazar la vida.
 
quiero ser mujer
y cada día ataviarme
de gitana o de diosa
de madre o amazona
de sabia o sacerdotisa
de mil trajes de colores
de oro y esmeralda.
 
quiero ser mujer
y brillar
y con esa luz
envolverlo todo.
Aún lo más oscuro
inclusive al juez o al verdugo.
 
Resurgiremos de las cenizas
y volveremos a ser
cada una y en círculo
naturales
salvajes
espontáneas.
 
Guardianas del misterio
del silencio de la noche.
Portadoras de dones
conectadas a lo profundo
de lo profundo de la Tierra.
 
Sanadoras de almas
pacto tribal
de libertad suprema
de alas
¡A volar!
¡Volemos ya!
 
Qué la herida ancestral
sanará un poco más
en cada ritual.
Perdonemos la herida medieval
que nos llevó a la hoguera
con la sabiduría de la chamana
la sensualidad de la cortesana
el amor de la madre
la fortaleza de la amazona.
 
Con los pies en la tierra
la mirada al cielo y
el fuego en el corazón
dejando que el aire
eleve nuestra intención
en una plegaria de redención.
 
 
Imagen de Aimee Stewart