jueves, 6 de enero de 2022

EPIFANÍAS

“Somos deseo. Es la esencia del alma humana, el secreto de nuestra existencia. Absolutamente nada de la grandeza humana, ha sido completada sin deseo. Ninguna sinfonía ha sido escrita, ninguna montaña ha sido escalada, ninguna injusticia ha sido defendida o ningún amor ha sido sostenido, sin deseo. El deseo alimenta nuestra búsqueda de la vida que valoramos.”.

John Eldredge

 

La Epifanía más famosa del mundo, es probablemente la que conmemora la Iglesia católica cada 6 de enero. El evangelio de Mateo 2:9-11 lo narra así:

”Los Magos se pusieron en camino y la estrella que había visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Qué alegría más grande habían visto otra vez la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra”.  

Hay algo mágico en este relato, además del significado religioso que tiene para millones de personas. ¿Cuál es el sentido más profundo? ¿Acaso como los niños, queremos creer en la Magia? ¿Habremos soterrado el asombro y la curiosidad bajo nuestra adultez? ¿Será quizá que la Magia de los Reyes Magos evoca nuestra capacidad cocreadora?

¿Quién no ha querido tener una varita, una lámpara, un genio o simplemente el acceso a las palabras mágicas que vuelvan realidad nuestros deseos? En mi experiencia he descubierto que “Abracadabra” no funciona. Y este texto no estaría completo si no mencionara al “ego”.  El maestro del engaño que nos pone ingeniosas trampas. Una de ellas, es querer las cosas a nuestra manera y a nuestro tiempo. Entonces ponemos todo el empeño, hacemos planes, nos ilusionamos creyendo que podemos hacer nuestros deseos realidad.

Recuerdo claramente mi deseo de escribir un “bestseller”. ¿Qué tan difícil podría ser “teniendo el don de la escritura”?  Pues la Vida me sorprendió: Sí, si escribí muy buenas historias, pero a la hora de publicar, encontré editores fraudulentos, o socias sin el mismo nivel de compromiso. Y el potencial de los libros, se comprimió al igual que mis vértebras. Sobra decir que la frustración y la impotencia me invadieron de tal manera que quedé devastada. Después acepté las creencias del colectivo que dicen: “lucha”; “lo importante es levantarte después de las caídas”; “no te des por vencido”, etc.  Y sí, me levanté, pero para caer una y otra vez. Al punto de perder sustancia; me he sentido fantasmal y etérea, deambulando en este mundo sin sentido. A veces me siento atrapada en un bucle de tiempo, donde todo se repite; sin embargo, no dejo de creer en la Imaginación, la Magia y la Fantasía.

 ¿Será por eso que un día me topé con una… “médium”? Colette, una extraordinaria mujer, quien me mostró no sólo un mapa, sino todo el Reino de la Posibilidad.  Me repitió que “el cómo y el cuándo” dependían del “Gran Espíritu” que yo sólo tenía que sentar la intención y soltar. Por supuesto mi “ego”, se negó a creer esto y me siguió confundiendo. Mi conflicto interno siguió pugnando hasta que el cansancio me venció. “Debía haber otra manera”. Quizá Colette tenía razón.

Hoy me uniré a la alegría de los niños que encontraron sus juguetes bajo el árbol navideño o junto a sus zapatos. Hoy creeré que existe un plan divino para mí y que es mucho mejor que lo que yo he podido imaginar.

La palabra “epifanía” significa Revelación, así que hoy es un buen día para revelar las verdaderas palabras mágicas:

“No sé cómo ni cuándo, pero”…

 

Metepec, México

6 de enero de 2022 


                                                             Imagen tomada de internet