miércoles, 21 de enero de 2015

A CIERTA EDAD APRENDÍ...



Qué la vida está hecha de pequeños instantes.

Qué honrar y tomar a nuestros padres en nuestro corazón abona el camino de una vida mejor.

Qué todo tiene un buen lugar para ser acomodado, aun lo más oscuro.

Qué cuando dejamos de pelearnos con nuestra historia se derrama la Gracia.

Qué somos cocreadores de nuestra realidad con nuestros pensamientos y sentimientos.

Qué en nuestra sombra reside la promesa más luminosa.

Qué no poseemos a las personas que amamos.

Qué tener un buen amor es el regalo más grande.

Qué los hijos son nuestros mejores maestros y que hay un misterio insondable en la elección entre padres e hijos.

Qué cuando buscamos un amante sólo estamos buscando la pasión perdida por la vida.

Qué para sabotear los sueños hay que dejarlos en custodia del ego.

Qué lo único seguro es el cambio, el movimiento, la continuidad y la muerte.

Qué mis alas sólo estuvieron completas cuando recibí una pluma de cada rostro de la luna.

Qué puedo volar libre para luego volver enraizarme a la tierra que me nutre.

Qué mis creencias y prejuicios ya no cabían en la nueva versión de mi misma.

Qué la culpa se resquebraja ante la carcajada sonora de mis diosas obscenas.

Qué en lo más juzgado reside el potencial más puro.

Qué en el fondo del pecado nace la redención.

Qué los hilos que entretejen nuestro destino tienen una sacralidad.

Qué la fuerza más grande es el AMOR.

Qué sólo soy un rostro del Magnificente Creador.

Qué Dios nos da dones y talentos para compartirlos y compartirnos.

A cierta edad aprendí:

Qué mi vida sería plena cuando al verme en el espejo encontrara el reflejo de una mujer completa.    
Cuerpo, alma y corazón danzando la misma canción.

Ahora me encuentro con los pies firmes en la tierra, la mirada al cielo y los brazos extendidos para recibir lo que aún está por venir.

 

lunes, 5 de enero de 2015

SOY LUZ Y OSCURIDAD



Hace tiempo que mi oscuridad ya no me asusta.

Recuerdo mis primeros descensos al inframundo

desgarradores, apabullantes, tormentosos.

Encontré recuerdos enmohecidos,

disfraces desgarrados,

máscaras rotas,

creencias caducas,

prejuicios inservibles,

espejos rotos

y una pluma abandonada.

¡Dolió tanto que creí que dolería para siempre!

No sé cómo ni cuándo,

quizás me acostumbré a la oscuridad

 y entonces comencé a ver la luz.

Descubrí que detrás de todo,

 había también tesoros escondidos.

Todo eso que no quería ver

pero que también soy.

Soy  la pecadora y la redimida

Soy oruga y mariposa

 Soy espejo y añico

Soy luz y sombra

Soy risa y llanto

Soy canción y estridencia.

 Soy reina y mendiga

 Soy musa y prisionera

Soy reverencia y osadía.

 Soy pecado y redención

Soy celeste y terrena

Soy salvaje y mística

Soy poetisa y poesía.

Soy tinta y tintero

Soy palabra y verbo

Soy misterio y revelación

Todo eso lo aprendí en mis descensos al inframundo.

Hace tiempo que mi oscuridad ya no me asusta.

 
 

sábado, 3 de enero de 2015

NOS HIZO FALTA


Nos hizo falta a los dos.

A mí, mi padre.

A ti, tu hija.

Crecí con tu ausencia, con los vacíos, con los anhelos de lo que no fue.

Nos perdimos días de escuela, cumpleaños, fiestas, Navidades, vacaciones,  cotidianidad y todas esas cosas que comparten los padres y los hijos.

Mis recuerdos son blanco sobre blanco. Acaso la mecedora del abuelo y el cabello encanecido de la abuela se dibujan en mi memoria como trazos sutiles.

Lo que más recuerdo de ti es que no estabas en mi vida.

Eras el ausente y yo la invisible.

Sé que a la niña le va a doler siempre.

La mujer ahora puede comprenderlo.

No puedo decir que la vida nos debe porque fue nuestra elección.

Hicimos un pacto sagrado. Fuimos dos almas valientes.

Tuvimos lo que necesitábamos, aunque me hubiera gustado estar más cercanos, tener largas conversaciones y filosofar sobre la vida.

Me hubiera gustado que tomaras tu lugar de padre en el trono vacío que estaba en mi reino, pero fue tu elección permanecer distante.

Son mis anhelos, no te preocupes, yo de ellos me encargo.

¿Y tú?

Ahora en la última etapa de tu vida

¿cómo vas a acomodar nuestra historia?

Creo que la Redención está a tu alcance.

Es tu oportunidad de crecer, ¡mi querido Peter Pan!

Ahora estás siendo el padre que no fuiste.

 Verla terminar su carrera es tu motivo para seguir adelante.

 No soy yo y está bien.

Nuestro tiempo estaba desfasado.

 Maduré mucho antes que tú.

Tu ausencia me hizo crecer.

En la huida permaneciste niño.

Tardé mucho en comprenderlo pero al fin lo he integrado.

Fuiste el fiel guardián de mi mundo de Fantasía.

 Le diste sentido a mi vida de una manera misteriosa.

Tu sensible corazón fue mi herencia.

Tu corazón y el mío son una misma cosa.

Y quisiera compartir estas palabras contigo pero no voy a hacerlo,

 la última vez fue un fracaso.

Lejos de conmoverte, te ofendiste.

Y tu ofensa me ofendió…

¡pero si no somos tan diferentes!

A pesar de la ausencia, los vacíos y las páginas en blanco nos parecemos tanto.

No me queda más que honrar el misterio de la paternidad.

Gracias por la vida que en unión con mi madre me diste.

Gracias por nuestra historia rota.

Gracias por nuestro corazón.

Deseo que encuentres el camino a casa.

¡Es tiempo de crecer mi querido Peter Pan!