El
invierno llega con sus días cortos y sus noches largas. No viene solo, la
Generosidad, la Nostalgia y la Intimidad lo acompañan. Han traído una
invitación cósmica.
¿Asistirás
al gran evento?
Entiendo
que tienes tus propios planes. Te he visto correr en los últimos días entre las
compras, las listas, el alboroto y la algarabía.
Pronto,
te reunirás con familiares y amigos para celebrar. Intercambiarás regalos y
compartirás la cena. Recordarás, inevitablemente, Navidades anteriores: las de
la infancia o las que pasaste con quienes ya no están. Las ausencias te
entristecen. Las emociones flotarán entremezcladas y mientras departes sentirás
una extraña incomodidad.
Te
alejarás de la multitud para sentir alivio. Vas por buen camino. Saldrás a
buscar un poco de aire. Levantarás la mirada al cielo. Ahora la estrella
refulge para ti. El Asombro te dejará
sin palabras. Es la misma, de aquella lejana noche, que anunció el nacimiento
de un niño envuelto en trapos recostado en un pesebre.
El
mito es sublime ¿no te parece? No en vano ha prevalecido a través de los
siglos. Repetido año con año, como una invitación, sin ser todavía comprendido.
Comienzas
a sentir un calor reconfortante en el pecho. ¡Es la luz crística de tu ser! La
llama divina de tu alma. ¿Qué de qué estoy hablando? ¡Del verdadero milagro! ¡Tú
eres la luz! Sólo que… lo has olvidado.
¿Que no entiendes nada? Es perfecto, esto no
se puede discernir con la razón. Necesitas evocarlo…
Un
niño va tocando el tambor ¿puedes escuchar los redobles? ¡La celebración es
para ti! El oro, el incienso y la mirra son también tus obsequios. Abres la
mente y el corazón. Tu flama resplandece. Te recorre el cuerpo como un éxtasis.
¡Ahora la sientes! Descubres que es inextinguible e inseparable de Luz Original.
Regresarás a la reunión y los mirarás a todos
con tanto amor. ¡Querrás explicarles lo que acabas de vivir para que también lo
experimenten! pero no podrás. En cambio, los abrazarás sorprendiéndolos. No acostumbras a ser tan efusivo.
Ya no serás el mismo.
¡Estarás
brillando!