Ella ve una puerta que se abre.
Es su puerta, la que estaba
buscando, la que la estaba esperando. Sabe que es suya porque le vibra el corazón
cuando se para frente a ella. No imagina lo que hay detrás, sin embargo, su
intuición le dice que sólo cruzándola va a descubrirlo. No es tiempo de dudar. Casi
no puede creerlo porque en el pasado, tocó muchas puertas falsas que la condujeron
a oscuros lugares. Había perdido la esperanza.
Esta vez es diferente. La
Sincronicidad le tejió el encuentro y sin darse cuenta ella enunció las palabras
mágicas que la abrieron. Los
aprendizajes ya están integrados. En su interior han crecido las semillas,
ahora tiene un jardín florido, un santuario, un remanso de paz y desde ahí
puede crear.
Ella avanza con todo lo que es,
con su esencia y su personalidad. Tiene certeza. Cruza el umbral y camina por
un sendero empedrado. Unos arbustos despeinados flanquean su andar, hasta toparse
con una esfera flotante que emite rayos con los colores del arco iris. Todas
las posibilidades están latentes, parecen hilos de un entretejido. Observa un
reloj de arena girando, sólo entonces comprende que el tiempo no lo marca ella.
Se conmueve ante el potencial
creativo de la esfera cristalina. Se inclina en señal de reverencia y en vez de
pedir, pone su don al servicio.
La Magia se activa...
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