lunes, 26 de diciembre de 2022

RESIGNIFICACIÓN

Me gusta hacer un recuento de lo que fue el año para mí. Puedo decir que de lo más significativo del 2022 fue inscribirme a un taller literario cuya propuesta era escribir desde la “Ucronía”, es decir desde “lo que no fue” en nuestras vidas. La invitación me llegó de una manera muy simbólica por una persona que apenas conozco, pero que por error se había puesto de nuevo en contacto conmigo unas semanas antes. En cuanto leí la publicidad sentí un cúmulo de ideas saliendo de mi cabeza.

Escribí y escribí sobre todo eso que hubiera querido diferente en mi vida, desde que mi padre no se hubiera divorciado también de mí, hasta haber desarrollado una exitosa carrera de periodista. Quedaron expuestos entre líneas mis deseos no alcanzados, la voz de mi niña herida, “los hubieras” que según yo, me hubieran representado menos dolor. Quizá el ejercicio más significativo fue escribir “qué harías si te quedaran 5 días de vida, debido a un tumor sumamente agresivo en el cerebro”. Ahí salieron a la luz mis prioridades y una “bucket list”.

Después de escribir tanto y releer una y otra vez me di cuenta de varias cosas. 1) Qué “la deuda” que tenía conmigo misma por no haber tenido una vida profesional, no era tan grande como yo creía. Porque en algún punto de mi vida laboral, la diosa Hera que late en mí me hubiera hecho renunciar para dedicarme a mi familia. 2)Nunca volveré a la Universidad, pero puedo diseñar proyectos alcanzables que me permitan desarrollar a mi amazona. 3) Valoré lo que sí tengo. Los frutos de mis decisiones: Una familia que desde niña anhelé, dos hijos maravillosos, estabilidad económica, un patrimonio sólido, pero sobre todo un gran amor. Recuerdo lo sorprendida que me sentí cuándo un día, una amiga dijo en una reunión: “qué no siempre te casas con el amor de tu vida”. Yo sí estoy casada con el amor de mi vida y me siento muy afortunada por eso. De haber tomado otras decisiones, no hubiera sido posible.

 Así surgió la inevitable pregunta: ¿Y quién me asegura que toda esa ucronía realmente hubiera sido mejor? ¿Qué tal si todo lo que pasó fue lo mejor?

Entonces tendría que resignificar todos los hechos importantes de mi vida, en vez de querer cambiarlos. Y eso fue exactamente lo que hice.

Este año podría resumirlo en una palabra: “Resignificación".


Imagen debidamente registrada. Autora: Sara Vidales Titular: Vianey Lamas

miércoles, 14 de diciembre de 2022

MI PROPIO ADVIENTO

 La línea que separa el otoño del invierno, se difumina. Los tapetes de hojarasca reciben a los días cortos y a las noches largas. Los árboles terminan de despojarse de sus hojas secas. Desnudos y vulnerables. Me detengo frente a un abeto y le pregunto: ¿acaso me invitas a lo mismo? 

Puedo sentir en el ambiente una mezcla de nostalgia y cobijo; recuerdos y consuelo. El viento helado enfría mi cara. Regreso a mi casa y me recibe el olor a bosque del pino natural que compramos. Ya está decorado con luces y esferas. Los regalos reposan bajo sus ramas. 

Me dirijo a la cocina y prendo la estufa. Me preparo un “mulled wine”. Vino tinto, naranja, clavo, jengibre y canela. Al primer hervor apago la infusión que me calienta el alma y los recuerdos. Pienso en los que ya no están y los vuelvo a extrañar. Mi madre y mis tíos ya son adultos mayores. Nosotras, las niñas del ayer, ahora somos las tías y las nuevas generaciones ya están aquí. Retoños nuevos en el árbol de nuestro linaje. 

Enciendo una vela de esencias festivas. Tomo mi libreta y mi pluma. La escritura se vuelve íntima...


                                                                Imagen tomada de internet