lunes, 19 de junio de 2023

EL ÚLTIMO RITUAL

 Llegué al campo de lavandas para hacer el último ritual. Ya era tiempo de sanar el olvido.  Llevaba conmigo unas cartas, el testamento, una fotografía de nosotros, entre otras cosas. 

Extendí el mantelillo blanco sobre la hierba fresca. Formé un ramito de lavandas recién cortadas y acomodé los objetos que llevaba creando un improvisado altar. Hice una pequeña fogata y encendí el fuego junto con la vela azulada. Cerré los ojos y respiré profundamente. “De mi conciencia local a la conciencia del Uno” dije en forma de oración juntando las manos a la altura del pecho. Después me hinqué agachando la cabeza reverentemente. 

Frente a tu fotografía honré tu Vida y la mía. Tu corazón y el mío. Agradecí nuestra historia con todos sus matices. Fuimos dos almas valientes que escenificaron el guion prenatal. Olvidamos el pacto y lo que pasó después lo vivimos dramáticamente. ¡Te culpé de la herida que yo misma había escogido! Escogí la bolsita azul en cuya etiqueta se leía: Abandono. El ángel me había dejado elegir. Y después me llevó a la Sala de los Acuerdos… luego al Salón de los Talentos y finalmente al Túnel de Luz que me condujo al bendito vientre de mi madre.  Al descender, la velocidad vertiginosa nos confundió. ¡El problema fue el olvido!

 Cuando nos reencontramos, en mi adultez, yo estaba muy dolida y tú, te sentías indigno. Aun así, lo intentamos papá. Las páginas de la infancia y la adolescencia se quedaron en blanco, sin embargo, escribimos nuevas. Mis hijos tuvieron un abuelo. Y nosotros, hicimos lo que pudimos. Hoy que ya no estás me pregunto ¿valió la pena? Y la respuesta es un “sí” rotundo. Que el intento sea la ofrenda. Guardé silencio ante la Sacralidad del momentum. Decidí soltar nuestra historia y quedarme con la Vida, el corazón sensible y lo que por derecho propio me corresponda.

Recogí mis cosas cuando sentí una llovizna que apagó la pequeña fogata. Agradecí a la madre Tierra por contenerme y me alejé sintiendo el sol en mi espalda. Me esperaban en casa.

En la noche viniste en un sueño papá.  Me regalaste un banco de madera, hecho con tus manos. 

Supongo que estamos en paz.

Imagen tomada de pinterest

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