Cansada estoy de la búsqueda.
De las trampas, de los lugares que no llevan a ninguna
parte.
De las voces estridentes, los disfraces y las máscaras.
De los laberintos y los espejos rotos.
Cansada de dudar.
De cargar el mundo en mi espalda.
Cada día me pregunto el sentido de mi vida.
La respuesta está en el Silencio Reverente.
Regreso a ti después de una larga búsqueda, pero no te
encuentro en esa cruz. Tampoco estás en el sepulcro. Te encuentro en la cima de
una colina irradiando luz. Portas una túnica y unas sandalias. Me dices que me
has estado esperando. Me recibes con alegría, no te importa lo perdida que
estuve. Llego manchada de mi plumaje. “No pude atravesar el pantano sin
ensuciarme” te confieso apenada. Me abrazas y tu luz me
reconforta. Me acompañas al Lago de la Restauración donde me sumerjo. Mi propio
bautismo. Me llevas a un jardín donde has dispuesto una mesa y una silla para
mí. Me invitas a escribir. Conoces mi don. La escritura me sana y me salva. El
espejismo del sinsentido desaparece. Veo un mundo fantástico, me pides que lo
muestre.
Es una encomienda.
Imagen tomada de pinterest
Escritora del alma y del corazón !
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