Brillo con luz propia, conocedora de mis dones.
Portadora del misterio de lo femenino.
Hacedora de mi destino.
Cocreadora de mi realidad.
Perseguidora de mis sueños.
Intuitiva, salvaje y con alas para volar.
No me comparo con ninguna mujer
porque somos
hermanas, no rivales,
cada una es
única e irrepetible,
con un lugar especial en el plan divino del Amor.
Algunas de mis hermanas eligen encadenarse.
Yo elijo ser libre.
Y si en esa libertad ellas ven el reflejo de su
propia libertad,
entonces la envidia no tiene cabida
sino el profundo anhelo de perpetuar el misterio de
lo femenino.
Brillo con luz propia y veo el brillo de otras
mujeres con regocijo.
Es un gozo ser mujer, aquí y ahora.
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