El
Invierno se retira. Ella le agradece haberla resguardado bajo las raíces. Se
nutrió de lo profundo de la tierra. Ahora sale como un brote que la Primavera
hará crecer. Ya no tiene duda.
La
vieja factura, hecha de papel, quedó enterrada bajo aquel árbol. Se convertirá
en humus. Sin tener que cobrarla ahora ella podrá dirigir su energía hacia el
sol, como los girasoles que buscan la luz.
Su
Intuición la ha alejado, poco a poco, de los lugares que la constriñen. Algunas personas
también son territorios a los que ya no pertenece. Ya no pueden retenerla porque
ahora tiene alas.
Ha
comenzado a disfrutar. Respira, se sabe orgánica, parte de la Naturaleza y
también sideral, parte de algo más Grande. Se niega a antropomorfizar al Poder Creador.
Las narrativas limitantes ya no resuenan con su libre espíritu.
Está
lista para que todo el Conocimiento adquirido, baje también al corazón. Se ha
vuelto más observadora y menos juiciosa. Cada día, intenta recoger sus proyecciones.
No siempre lo consigue, sin embargo, hace el esfuerzo. Ya no tiene que salvar a
nadie. Cada uno es responsable de sus siembras, aunque deja huellas por
si alguien desea seguirlas.
Ella y la Primavera se encuentran en la bifurcación. Se saludan y caminan, como dos viejas amigas, por el sendero de la izquierda.
El letrero dice: El Camino del
corazón…
Imagen tomada de Pinterest
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