¿Quién podría poseer el Misterio de lo que realmente eres?
A ti, no hay que
explicarte, ni entenderte, alabarte, ni temerte o adorarte.
A ti, hay que
experimentarte. Contemplarte. Leerte entre líneas. Descifrarte…
Eres la energía que da vida al entretejido, la
fuerza primigenia de amor, la inteligencia suprema, el orden universal. Podría
seguir en mi intento por definirte. Eso ha hecho la raza humana por eones.
Necesito romper el
patrón.
Ya no esperaré a tener
una palabra para nombrarte. Porque eso era lo que estaba buscando: Un vocablo
que vibrara en mí, para acercarnos.
¿Cómo sentir al Universo
tan impersonal, íntimo?
¿Cómo compactar la
Creación en dos sílabas?
Ahora me doy cuenta de que
estar separados es una ilusión.
Debo parar mis
razonamientos.
Sé que mis respuestas
lógicas y terrenales no tendrán, aquí, respuestas porque ellas habitan en lo
Cósmico, en el Misterio, en lo Intangible.
Así que no me queda más remedio que elevarme.
Ascender.
Hoy, he de rendirme a lo
que no se puede nombrar y aun así saber, con todo mi ser, que existes ¡DIOS!
La
indevota
No hay comentarios:
Publicar un comentario