domingo, 23 de abril de 2017

¿ A DÓNDE VA EL AMOR QUE NO ENTREGAMOS?



Morí con el amor que no entregué.
En el instante último de mi vida se me escapó,
no quería irse a la tumba.
Decidió volver al lugar cósmico dónde pertenecía.
Se volvió polvo de estrellas,
ala de ángel,
luz del firmamento,
sombra de luna,
se recicló en el Cosmos.
Se salvó a sí mismo,
en realidad no me pertenecía,
me fue dado para darle sentido a mi existencia.
Era moldeable,
podía tomar cualquier forma.
Era vasto,
alcanzaba para todo.
Habitaba en mi corazón
no sé si fue un buen lugar…
¡Ay mi corazón!
Tan sensible y a veces, tan acorazado.
Tan húmedo y tan desgarrado.
Tan misterioso.
Muchas fueron las veces en que el Amor
se volvió tinta y el corazón, tintero.
Un amor no entregado,
quizás por orgullo,
por un perdón no otorgado
o simplemente un amor que tenía que guardar
para no morir vacía.
Un amor trascendente,
que estuvo siempre presente.
Un amor inefable,
 que escapó a mi necedad de explicarlo con palabras.
Un amor romántico,
que suspiros me arrancaba.
Un amor utópico,
que me salvaba.
Un amor de colores, una dulce ilusión.
Morí con el amor que no entregué…
Mi cuerpo inerte quedó
Y el amor que habitaba en mi corazón,
se me escapó en forma de poema.
 
                                                             Imagen tomada de internet.
 
 

 

 

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