El
Año Nuevo ha comenzado… Ella está en perfecta sincronía con el invierno. Quiere
guarecerse, afinar su intuición, descifrar sus sueños. Ya no tiene que
complacer a nadie.
Ella
ha escuchado un llamado y ha respondido: ”sí”. Ya no puede ignorar esa incomodidad
que la obliga a moverse. Aunque no alcanza a ver el panorama completo, ha dado
los primeros pasos. Tuvo una crisis de Fe, pero ahora tendrá que confiar. No tiene
escapatoria de la Luz y la Esperanza.
Ella ha tenido una
epifanía: “Así tenía que ser”. Ya no hay lugar para el lamento y la
culpabilidad. El severo juez que la acompañó por años se ha ido. Los resentimientos
ya no tienen significado. El pasado ahora sólo es un marco de referencia. Un
cúmulo de experiencias y aprendizajes que la vuelven sabia.
A
veces, tiene ganas de desaparecer. El alboroto externo la abruma. Extraña su
hogar cósmico. Parece haber olvidado el sentido profundo de encarnar en este
mundo de polaridades, sin embargo, se sabe semilla de dos raíces: terrenal y
cósmica.
Por
lo pronto quiere reposar. El invierno le enseña que la Naturaleza no muere,
sólo duerme para renacer. Siente, en su corazón, la misma promesa.
Dormirá bajo el árbol desnudo de hojas, junto al zorro, con la cola enroscada, que se refugia en la madriguera.
Ella también se cobijará con sus letras.
Imagen tomada de Pinterest
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