Alma de payasito,
espontánea y pura
que haces reír con la inocencia de un niño,
que tocas corazones,
que robas sonrisas,
que le arrancas al tiempo la prisa.
Alma de colores,
chispas y destellos,
carisma de alegría.
Eres música y canción.
Alma de payasito
que un lejano día
recibiste la herida que marcó tu corazón.
Un torbellino de emociones
te envolvió,
no supiste qué ocurrió.
Simplemente no volviste a ser el mismo.
Ahora eras un niño triste, callado y solitario.
Te gustaba pasar desapercibido
creciste mirando la luna,
anhelando un regreso que no llegó.
Te hiciste adolescente.
¿Cómo sobrevivir ahora?
El mundo es amenazante
¿Cómo respirar sin que doliera la vida?
El bufón te miró de lejos,
le conmovió tu tristeza
porque eras un reflejo de la suya.
Te enseñó algunos trucos,
te ofreció una careta
y una copa de vino
y comenzaste a sonreír de nuevo.
Aparentemente te salvó,
pero era una risa falsa,
y no hay dolor más grande
que reír cuando se quiere llorar.
Aprendiz de bufón
superaste al maestro,
aprendiste de albures y doble sentido.
El sarcasmo y la ironía fueron tu maestría.
Maquillaste tanto tu herida
que creíste que no la llevabas cosida al corazón.
Pasaron los años,
cada fiesta era el escenario perfecto
para promover tu mejor farsa:
La de la risa falsa,
la broma ácida,
el humor pestilente
de una herida podrida.
Pero el tiempo no perdona…
El disfraz se desgarra,
la actuación se desgasta,
la máscara se cae.
El alma se desnuda
y yo te encuentro en medio de un festín.
Alma robada por un bufón,
no puedo rescatarte
pero sí puedo hacerte recordar
quién eras antes de la herida.
espontánea y pura,
que haces reír con la inocencia de un niño,
que tocas corazones,
que robas sonrisas,
que le arrancas al tiempo la prisa.
chispas y destellos,
carisma de alegría.
Risa auténtica que viene del corazón.
Alma humilde
Alma agradecida
Alma noble
Alma grande
que no necesita más el disfraz de bufón.
Alma de payasito
Solo recuerda que eres luz…
Que el anhelo que no volvió
se iluminaba a la distancia
mientras alumbrabas la vida
de dos viejos corazones.
Alma de payasito,
vuelve al lugar a donde perteneces.
Te estaré esperando,
del otro lado del
arco iris
Allá, donde las almas recuerdan su esencia.
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