-Ya llevas mis secretos
en el corazón, ahora es tiempo de que se conviertan en llaves. Cualquier puerta
que quieras puede ser abierta, sólo tienes que creer en tu Poder.- Me dijo la
luna mientras dormía.
“Sólo tienes que creer en
tu Poder”. “Sólo tienes que creer en tu Poder”. “Sólo tienes que creer en tu
Poder”.
Con aquellas palabras
desperté de mi sueño. Ahora sé que el Poder del que la luna me habla no viene
del ego sino de las raíces de la tierra,
de mi conexión con mi esencia femenina, de mis encuentros con la sombra, de mis
descensos al inframundo, de mi útero y corazón. Ya no soy una mujer ordinaria,
estoy marcada con la huella de Lo Profundo, soy una Iniciada para caminar entre
el mundo real y el imaginario, soy una hacedora de cuentos, una tejedora de
historias, una sanadora de letras, una servidora del Divino Maestro.
Subo a la parte más alta
del valle y miro al horizonte. No sé exactamente lo que vendrá pero siento que
es algo grande. Abro los brazos y siento la fresca brisa que viene del Norte.
He dejado de tener prisa, de sentir miedo, de aferrarme a la forma, de dudar,
de darle instrucciones a la Vida. La espera se ha convertido en contemplación y
he comenzado a mirarme aunque nadie me mire. Ahora puedo ser invisible sin sentir
la aniquilación. Mi verdad interior me ha
erguido. Ahora me sostengo por mí misma. Ya no me duele la espalda, he
dejado de cargar lo excesivo. Soy sólo responsable de lo que me corresponde y
puedo entregar sin remordimiento lo que no es mío. Tengo además unas alas
nuevas que yo misma confeccioné en el Taller de las Alas Rotas. Son plegables y
ágiles y se atan con hilo de ángel. Volar con ellas me da un gozo
indescriptible. Siento paz en mi Alma y espero que el Silencio me hable, aunque
últimamente los mensajes vienen de manera onírica.
Mi pluma mágica ya lleva
mucho tiempo siendo mi fiel compañera y en cada viaje encontramos nuevas tintas
que me permiten expandir mi escritura. Pienso en las cuatro llaves de las que
habló la luna. ¿Qué abrirán? ¿Será tiempo de usarlas o debo guardarlas? Doy la media vuelta para
volver al bosque y no miro que a lo lejos viene lo que más he anhelado…
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