domingo, 31 de marzo de 2024

BROTE PRIMAVERAL

 

  

Cuando desperté, el invierno me había entregado en los brazos de la primavera. Había dejado de ser semilla. Ahora era un brote de hojitas verdes. Unas montañas de tierra rojiza rodeaban el lugar. El cielo estaba pintado de un azul profundo con nubes acolchadas. El viento tibio me hacía cosquillas. La Vida se había manifestado en mí convirtiéndome en una promesa. Me alimentaron la tierra, el sol y el agua. Me enraicé y crecí cada vez más fuerte. Era una expresión única de la Naturaleza y al mismo tiempo parte de ella. No había nada que hacer, simplemente estar. Tenía el potencial para volverme flor, planta o árbol; o de habitar un bosque o un jardín. Mis raíces se extendieron hasta lo profundo de la tierra donde surgen los cristales y las aguas sagradas. Escuché los cantos primigenios de la Creación. Aquella vibración subió a través de mí y llegó hasta el exterior como una explosión de entusiasmo y alegría por ser parte de esta Gran Obra. No tengo nostalgia por la semilla que fui, ni prisa por florecer. 

Soy la Primavera misma.

                                                               Imagen tomada de Pinterest

 


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